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SOBRE EL TRABAJO COMUNITARIO


Dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y descubrí que el servicio era alegría". Tagore


"Cuando reflexionamos profundamente sobre el gran sufrimiento de la humanidad, experimentamos una contradicción entre el deseo de acercarnos a otras personas, que surge naturalmente de nuestros corazones, y los mecanismos mentales que tienden a resguardarnos y a mantenernos aislados y desvinculados. El miedo es la reacción de la mente ante la natural generosidad del corazón. La mente nos protege, como una entidad separada, y el corazón nos vincula directamente con la alegría y el sufrimiento de los demás. En nuestra cultura desequilibrada, donde la mente tiende a reprimir nuestra compasión y nuestro compromiso directo con la vida, necesitamos una técnica de resucitación "corazón a corazón".


Todo lo que hablemos sobre prestar un servicio, sigue siendo teórico hasta que nos untamos las manos. ¿Qué podemos hacer? Puede vincularse a grupos de acción o instituciones de su localidad, que se dediquen al trabajo comunitario. Brinde lo que es básico: presencia, tiempo, atención.


Normalmente pensamos que, como voluntarios que prestan algún tipo de ayuda, le estamos haciendo un favor a los demás, cuando en realidad, es muy probable que nos estemos favoreciendo a nosotros mismos. Swami Vivekananda dice que al ser los primeros en beneficiarnos de nuestros actos, tenemos una deuda de gratitud con las personas a las que ayudamos".*


Por otra parte, ¿qué sentido tiene aislarnos en una burbuja ignorando lo que acontece alrededor de nuestra vivienda? Si buena parte de nuestra vida y la de nuestra familia trascurre en un barrio determinado, ¿No es lógico que nos interesemos por la seguridad de nuestra vida y bienes, porque no se contamine de cualquier forma nuestro habitat, por una sana convivencia, por embellecer sus parques y zonas verdes, porque funcionen adecuadamente sus sumideros y alumbrado público, por el buen estado de sus vías, por que exista una adecuada cobertura educativa, por un buen servicio de transporte, porque disponga de centros de salud adecuados, por la adecuación de sus escenarios deportivos y culturales, etc.? Si no nos involucramos con la vida de nuestra ciudad, si ignoramos los servicios que presta la Alcaldía Municipal a través de sus distintas secretarías y departamentos administrativos, si desconocemos a los integrantes del Concejo Municipal y sus propuestas para la ciudad, si no nos importa la calidad de los servicios públicos de transporte, salud, educación, aseo, etc., si no nos enteramos de las actividades culturales programadas mes a mes en la urbe, en una palabra, si no participamos de alguna manera en el mejoramiento continuo de nuestro barrio, nuestra comuna y nuestra ciudad, y permanecemos aislados, sin nada que ofrecer a los demás, obsesionados con las minucias de nuestra casa, ¿podemos llamarnos verdaderamente ciudadanos?


La calidad de ciudadano no se adquiere automáticamente con la expedición de la cédula de ciudadanía. Debe aprenderse a través de la participación en la vida de la ciudad, del trabajo comunitario, de una adecuada capacitación teórico-práctica. Esas "escuelas ciudadanas" por derecho propio son, o deberían ser, las Juntas de Acción Comunal (JAC) y las Ligas Comunales de Consumidores. Si bien la actividad laboral consume buena parte del tiempo disponible de los habitantes de la urbe, es buena terapia que se dediquen al menos dos (2) horas semanales al trabajo comunitario. Lo primero es empezar a desarrollar un sentido de pertenencia y responsabilidad respecto del barrio, la comuna y la ciudad.



LOS ADULTOS MAYORES Y EL TRABAJO COMUNITARIO


Un recurso humano muy valioso lo constituyen en cada barrio los adultos mayores, pues disponen de una gran experiencia y tiempo libre, a quienes el trabajo comunitario puede proporcionar un sentimiento de pertenencia y utilidad que infunda a sus vidas mayor vitalidad y fortalezca su salud. En los últimos años se ha producido una verdadera revolución silenciosa: la de los grupos de tercera edad. Si estos grupos se vincularan a la labor de las JAC y Ligas de Consumidores, tanto ellos como la comunidad se verían mutuamente beneficiados. Las JAC, por ejemplo, podrían crear en cada barrio un Comité de Capacitación al Adulto Mayor (C.A.M.) en materia de salud preventiva, instrucciones para ejercicios físicos, consejería psicológica, etc., servicios que podrían obtenerse mediante convenios con las facultades de Fisioterapia, Educación Física, Nutrición, Medicina, Psicología y Gerontología de las universidades locales. Como contraprestación, los adultos mayores afiliados al Comité podrían colaborar en muchas de las actividades de las JAC, en especial, con la distribución de boletines y comunicados, venta de bonos pro-obras sociales, organización de eventos, etc.


FUNDECONSUMO tiene un Programa de Servicio Legal Comunitario denominado "GENTE MAYOR"Ley del Colombiano de Oro que les da prioridad de atención en todos los establecimientos públicos y privados. No más filas (colas) interminables de adultos mayores para acceder a los servicios que necesitan. Dirigido a todos los grupos de tercera edad y adultos mayores en general, residentes en la ciudad de Cali, para brindarles orientación legal en las sedes comunales en materia de Seguridad Social (pensiones y EPS), obtención de auxilios económicos por parte de la Alcaldía para estratos I y II, Derecho de Familia, y en especial, para promover y difundir la


* Tomado de "Como es arriba es abajo - La tarea cotidiana como camino espiritual" de Ronald S. Miller. Colección Nueva Conciencia de Editorial Planeta.


EL ESPACIO PUBLICO, FACTOR CLAVE PARA CREAR LAZOS COMUNITARIOS



Las organizaciones comunitarias, principalmente las Juntas de Acción Comunal (JAC) y las Ligas de Consumidores, antes de lanzar campañas cívicas y sociales pueden primero sensibilizar a sus afiliados mediante actividades lúdicas, recreativas y culturales, recuperando los parques como espacios públicos ideales para la re-socialización. Es común en nuestro medio que casi nadie conozca siquiera el nombre de sus vecinos de al lado, lo que propicia la inseguridad y la insolidaridad. Las familias limitan sus intereses a lo que ocurre del portón para adentro, algunas a causa de un miedo atávico y al profundo desconocimiento de su entorno. Otras, consideran que tienen demasiada alcurnia para interesarse por cuestiones "triviales" y de poca monta como un sumidero obstruído, una zona verde enmalezada, o una iluminación pública deficiente. En consecuencia, lo prioritario es crear el clima previo de confianza y camaradería necesario para el éxito de programas, campañas e iniciativas comunales. Antes de quejarse de la apatía, la indiferencia y la falta de colaboración ciudadana, los directivos de las JAC y demás organizaciones, podrían colocar en primer lugar la recuperación de sus parques para sensibilizar, motivar y atraer a los ciudadanos en el propósito de mejorar la calidad de vida de su sector. El parque es el espacio que aglutina, que nuclea, que propone el encuentro, es una presencia del verde oxigenante en el barrio. La recreación es el medio para recuperar la capacidad de expresión, de comunicación y de organización. He aquí algunas sugerencias para hacer de los parques un sitio de re-encuentro, empezando con los niños, para así sensibilizar al resto de la comunidad :


TEATRO DE TÍTERES para niños entre uno y diez años de edad. Por ejemplo, Los cuentos de Tío Conejo que integrarían con imaginación la tradición oral, con las flautas y tambores de la música folclórica latinoamericana y la animación de muñecos. Habría una introducción o ambientación previa a cargo de zanqueros con banderas de colores vivos y animadores disfrazados. El valor didáctico interactivo de los títeres y marionetas todavía no se ha dimensionado suficientemente. No hay que olvidar que junto a los pequeños asistiría un público variado en edades, niveles culturales, oficios y profesiones, pero desde la persepectiva del niño que vive latente en cada uno de nosotros.
  • LA HORA DEL CUENTO podría ser la institucionalización de un día a la semana para que los cuenteros despierten la imaginación de grandes y chicos, y ya se ha dicho que la imaginación es más importante que el conocimiento.
  • TALLERES DE PINTURA INFANTIL. No se trataría de concursos para escoger el trabajo "más bonito" pues todos tendrían el mismo valor y al final del taller se elaboráría un mural para exhibir todas las pinturas. Se enseñaría a los niños a identificar y mezclar los colores básicos, usando crayones, témperas, acuarelas y pintura dactilar con vinilos vegetales, no tóxicos.
La idea central es dejar más espacio a la espontaneidad creativa, a la libertad, a la fantasía, a la capacidad de manifestar ternura y solicitud. Ello permitirá recomponer el tejido social y abonará el terreno para variadas iniciativas de participación ciudadana.
Respecto de las sedes comunales, valiosos espacios públicos, podrían utilizarse para charlas educativas semanales o quincenales, dictadas por profesionales en cada área, sobre los temas que interesan al consumidor-ciudadano, como por ejemplo:
  • Derechos y deberes del consumidor (conferencia que brinda FUNDECONSUMO).
  • Nutrición.
  • Seguridad alimentaria.
  • Reciclaje.
  • Economía del hogar.
  • Prevención en salud.
  • Prevención de tabaquismo, drogadicción y alcoholismo.
  • Orientación al adulto mayor.

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