De acuerdo con el sentido común, ser ciudadano significa pertenecer a una comunidad y además ser acreedor de un conjunto de derechos y deberes frente a las instituciones públicas. Con respecto a la vida cotidiana, donde las personas se enfrentan a problemas que les afectan directamente, a menudo ser un ciudadano significa algo muy diferente. Significa emprender acciones concretas en la búsqueda de soluciones efectivas a dichos problemas que a diario los afectan. De esta manera, las personas ejercen la ciudadanía más allá del sentido tradicional. Sin duda, la ciudadanía tradicional es realmente importante y fundamental, pero a diario se enfrenta con dos limitaciones. Una de ellas es ser considerada como un grupo de personas que más que gestionar acciones positivas en pro del interés general, se limitan a votar por un representante que tome decisiones y gestione las acciones pertinentes para aumentar el bienestar social. En segundo lugar y como consecuencia de la pr